OLIVIA CARBALLAR / 29 May 2014
José Antonio Moreno García: fusilado el 14 de abril de 1937. Manuel Mata
Sobrero: preso en colonia penitenciaria militarizada en el Canal del
Bajo Guadalquivir. Félix Barranquero Bandera: condenado por el Tribunal
de Orden Público a 7 años de reclusión y multa de 10.000 pesetas por
asociación ilícita y propaganda ilegal en Málaga. Joaquín Brotons
Barreiro: maestro depurado en Almería. Todos estos nombres, además de
ser represaliados por el franquismo en Andalucía, poseen un punto más en
común: nacieron en Buenos Aires, en Rosario de Santa Fe, en Tucumán…
Todos son naturales de Argentina.
El Grupo RMHSA de CGT-A ha entregado a la jueza que investiga los
crímenes franquistas, María Servini, una lista con una treintena de
víctimas del franquismo que nacieron en su propio país, al otro lado del
Atlántico. Sus referencias están incorporadas en la base de datos de Todoslosnombres y
proceden de trabajos de investigación de expertos en la represión
franquista y familiares. Uno de ellos, nacido en Mendoza, vivió en
Marchena (Sevilla), una de las localidades hasta donde la jueza se
desplazó la semana pasada para tomar declaración a una mujer, Antonia
Parra. Según el historiador Javier Gavira, Juan Bautista Malvar
fue acusado de comunista y de haber actuado en defensa de la República
el 19 de julio con una pistola y organizando a panaderos en azoteas. Fue
juzgado por consejo de guerra y condenado a pena de muerte, aunque
finalmente se le conmutó la pena por 30 años de cárcel. “Las demás fuentes ya orales nos hablan de su situación ya en Marchena, y que al final tuvo problemas por meterse con
personajes del clero local. Según distintas fuentes, un personaje del
clero local tuvo mucho que ver para que lo detuvieran e ingresara en
hospital psiquiátrico, donde por lo visto murió”, añade el investigador.
“Los hay que fueron asesinados (fusilados), bien por la aplicación de
los bandos de guerra o tras comparecer ante un consejo de guerra; los
condenados a penas de prisión por la justicia invertida golpista; los
depurados de su profesión; los expedientados por su pertenencia a una
organización política o sindical; los utilizados en trabajos forzados e,
incluso como un sarcasmo, los acusados de terrorismo o procesados por
el TOP”, afirma CGT-A.
Emilio Armengod Molina, natural de Buenos Aires, fue uno de los ocho
hombres que formaron el primer pelotón de fusilamiento en San Fernando
(Cádiz). Su
nombre quedó registrado en los archivos del cura de la Iglesia Mayor
que “asistía y acompañaba a los militares y falangistas, autores del
baño nocturno de sangre”, según la Asociación por la Memoria Histórica
de San Fernando. Su familia pelea para que su historia no se olvide.
Él, no obstante, nació en Argentina por casualidad. Su padre, actor de
profesión, se encontraba de gira con su compañía.
Los padres de Juan Cubiles Castro, condenado a tres años de prisión por
“auxilio a la rebelión militar”, habían emigrado a Argentina a finales
del XIX y fue allí, en Córdoba, donde nació él en 1900. Poco después
regresaron a su tierra de origen y se convirtieron en una acomodada
familia de labradores en Torre Alháquime (Cádiz), donde vivían en la
conocida como calle de los señoritos, según recoge el historiador Fernando Romero en Socialistas de Torre Alháquime. De la ilusión republicana a la tragedia de la Guerra Civil. 1931-1946. En
1936 aún mantenía la nacionalidad argentina. “Quizás la conservó para
de ese modo eludir el servicio militar, pero también le supuso carecer
del derecho al sufragio. Ni él ni su hermano José, que también
había nacido en Argentina, estaban incluidos en la rectificación del
censo electoral que se hizo en 1934. Juan no pudo participar en el
proceso electoral del 16 febrero de 1936 ni como votante ni como
apoderado o interventor, pero eso no obstó para que desplegase una viva
actividad propagandística durante toda la campaña ni para que el mismo
día de las elecciones pasase toda la tarde de un lado a otro,
aconsejando a los obreros que votasen al Frente Popular”, escribe
Romero.
Su trayectoria, no obstante, está llena de sombras. “Es posible que en
vísperas de la sublevación del 18 de julio estuviese más cerca de la
derecha golpista que de la legalidad republicana y durante toda la
guerra sirvió voluntario en el ejército rebelde, pero el simple hecho de
haber ocupado cargos de responsabilidad en una organización del Frente
Popular le costó nueve
meses de presidio y una condena a tres años por el infundado delito de auxilio a la rebelión”, concluye Romero.
meses de presidio y una condena a tres años por el infundado delito de auxilio a la rebelión”, concluye Romero.
El grupo de CGT-A destaca el caso, por la fecha, del
fusilamiento de Francisco Sánchez Girón, fusilado en Granada el 3 de
octubre de 1952, según recogen Rafael Gil Bracero y María Isabel Brenes en Jaque a la República y José María Azuaga en Tiempo de lucha. Granada-Málaga: Represión, resistencia y guerrilla.
Conocido como Paquillo , nació en 1909 en Bolívar y fue vecino de
Olmedo de Camaces (Salamanca). Era jornalero, hijo de Adrián y Plácida,
cuenta el historiador José María Azuaga. “Al finalizar la guerra marchó
desde Alicante hasta Orán, hasta que reingresó en la península en una de
las expediciones realizadas desde Argelia. Fue capturado en 1945, y
condenado a muerte, pero se fugó de la prisión de Almería el 5 julio
1946. La Guardia Civil le perdió la pista y se enroló en la agrupación
guerrillera Málaga-Granada, en octubre de 1947″, recoge Azuaga, que
sostiene que también se le conocía por “Paquillo el cura”, por haber
dicho en una ocasión que antes de la guerra era sacerdote, pero que en
el transcurso de la misma dejó los hábitos.
“Tenía gracia y sabía decir las cosas al escribir, contribuía a la edición del periódico guerrillero Por la República.
No era un buen guerrillero, siempre estaba en los campamentos, y
prácticamente no participaban los combates, se dedicaba a la propaganda
de los hechos guerrilleros. Fue capturado en Madrid y ejecutado en
Granada el 3 octubre 1952 a las 5.30 de la mañana”, documenta el
historiador.
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