lunes, 11 de abril de 2016

IV DÍA DE LA LIBERTAD, CRÓNICA DE UNA CONMEMORACIÓN, HISTORIA DE UNA REIVINDICACIÓN


El 10 de abril se celebró por cuarta vez la conmemoración del Día de la Libertad, que en este año de 2016 ha tenido unas connotaciones especiales, al estar enmarcado en un período de crisis, en una etapa de fuertes reivindicaciones, en unos tiempos de inestabilidad, en una etapa de esperanzas y desesperanzas en que tantas voces claman, reclamando la unidad y la solidaridad, por la justicia, por la equidad y por la libertad.


PRIMERA PARTE: 
HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO




Como en años anteriores, en esta cuarta edición de la conmemoración de este evento, en las fechas próximas al aniversario de la proclamación de la Segunda República Española, concurrió al cementerio de Santa Lucía, ante la convocatoria de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, que contó como siempre, con el apoyo de las distintas organizaciones populares, culturales, sociales, sindicales, políticas… de Cartagena y La Unión, un grupo de personas amantes de la Democracia y la Libertad, acudió a rendir homenaje a las víctimas del franquismo.


Junto a la tumba de Pencho Egea, el joven Cartagenero que pereció en Valencia, víctima de una pelota de goma lanzada por la policía en el transcurso de una manifestación en los albores de la Transición, pronunció Isidoro Galán un emotivo discurso rindiendo homenaje a cuantas personas dieron su vida en defensa de las libertades, y poniendo de relieve la tremenda falacia de intentar inculcar el mito de la ejemplaridad de la mal llamada
modélica transición, una transición en que más de cien personas murieron a manos de la policía o de los grupos de extrema derecha durante la etapa comprendida entre 1976 y 1980, sin que las autoridades civiles o judiciales hiciesen nada para castigar a los autores de tales crímenes, a los que se exoneró de sus responsabilidades e incluso se les siguió honrando hasta tiempos muy recientes, independientemente del signo de cada gobierno.



Ante la mal llamada “Fosa X”, sepultura que recoge los restos de 51 republicanos, miembros de la Marina o trabajadores del Arsenal o de Construcciones Navales, Guillermo Vignote recalcó la intención represora, atemorizadora y ejemplarizadora de unos vencedores que no querían limitarse a la venganza o el castigo en su represión, sino que tomaron a estos marinos y 
trabajadores como cabeza de turco en una tarea de represión cuidadosamente planificada en la que su pretensión era que la ejecución de éstos sirviese como ejemplo del fin a que se destinaba a cualquiera que no estuviese dispuesto a doblegarse y ser pisoteado por la bota del régimen; fueron un ejemplo de lo que los tiranos estaban dispuestos a hacer contra cualquiera que osase levantar la voz contra ellos, de lo que la actitud que los vencedores pensaban perpetuar contra quien soñase con el ejercicio de la libertad. 

A continuación, Joaquín López Tovar dio lectura a un poema de Blas de Otero, gran representante de lo que supuso el conocido como “exilio interior” y poeta cuyo centenario se celebra este año. 


Juan Andreu, frente a la sepultura de los marinos del “Cervantes” nos pidió que honrásemos la memoria de los defensores del Gobierno Republicano durante la contienda civil, y explicó la manera en que, con la ayuda de una suscripción popular, el ayuntamiento republicano de Cartagena, costeó el digno enterramiento de estos héroes, y la mutilación que, posteriormente, las autoridades franquistas mandaron hacer de la inscripción de homenaje que figuraba en la lápida. Hace unos años, la Asociación Memoria Histórica de Cartagena trató, en cierto modo, de paliar los efectos de la crueldad de este acto, con el que la tarea represora del franquismo se cebaba hasta con el recuerdo a los muertos, y colocó en el frontal de esta tumba una placa de mármol en que se recreaba el texto mutilado.
Se concluyó con la lectura de un nuevo poema de Blas de Otero, esta vez, por parte de M. Jesús Achega.




Concluyó nuestro itinerario ante el monolito dedicado a los fusilados, donde, además de la intervención, reseñada más abajo, de Pepa Martínez, en nombre de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, y de la lectura de otro poema, también de Blas de Otero, por Virginia Carrión, acompañándose de la melodía del clarinete, interpretado por el cenetista Getsemaní Alcaraz, se cantaron diversos himnos y canciones, como “A las barricadas”, el 
“Himno de Riego" y "La Internacional".

Después de la ofrenda de flores por todas las personas asistentes, el “Canto a la Libertad”, como colofón de este acto, para, a continuación, volver a la puerta del cementerio a organizar la caravana de vehículos.




INTERVENCIÓN EN NOMBRE DE LA MHC:

Un año más nos encontramos ante este memorial
¿Quiénes somos las personas que nos hemos reunido aquí?
Somos las hijas de la REPRESIÓN.
Somos las que nos hemos visto obligadas a callar durante los cuarenta años de la DICTADURA FRANQUISTA.
Somos las que durante cuarenta años más hemos clamado
pidiendo VERDAD, JUSTICIA y REPARACIÓN.
Somos las que sufrimos que durante ¡OCHENTA AÑOS! Se venga honrando la figura de golpistas, de torturadores y de asesinos con monumentos y placas conmemorativos, con honores y con sus nombres puestos a las calles, mientras que las autoridades ignorar vergonzosamente la memoria de quienes perdieron la vida, la libertad, el
trabajo... por defender la LIBERTAD, la IGUALDAD y la FRATERNIDAD.
Hace ochenta años, hombres y mujeres valientes y leales prefirieron morir de pie, antes que vivir de rodillas, y se enfrentaron al fascismo, se enfrentaron a quienes, por la fuerza de las armas, querían conseguir lo que no lograron en las urnas; querían acabar con la libertad del pueblo,
querían acabar con las reformas que el legítimo gobierno republicano había emprendido para conceder a los sectores más desfavorecidos de la población aquello que siempre se les había negado: PAN, TRABAJO, CULTURA Y LIBERTAD.
Tras tres años de lucha, el gobierno legítimo español fue derrotado por los ASESINOS DE LA DEMOCRACIA, y
las defensoras y defensores de la legalidad que no pudieron escapar hacia el exilio, fueron apresados y juzgados por rebeldía.
Un gran número de sentencias condenó a la pena de muerte a muchas, muchísimas personas leales.
Estamos aquí honrando la memoria de un puñado de ellas,
de un puñado de republicanos que fueron fusilados. Unos, lo fueron en distintos lugares de Cartagena, como el Arsenal Militar, el Castillo de Galeras, Castillo de San Julián, junto a las tapias de este cementerio o del cementerio de San Antón… Otros, eran cartageneros que fueron fusilados fuera de su ciudad.
En su honor hemos levantado este memorial, para honrar la figura de aquéllos cuyos méritos nuestras autoridades
continúan sin reconocer.
A quienes así actuamos se nos acusa de querer reabrir heridas, pero no puede reabrirse una herida cuando no se ha llegado a cerrar.
LO QUE QUEREMOS ES CERRAR LAS HERIDAS, y éstas no lo harán mientras que no se reconozcan los derechos jurídicos de las víctimas, mientras no se rescaten los cadáveres de las cunetas, mientras no se saquen del olvido los nombres de
quienes lucharon por la defensa de la LEGALIDAD, de la JUSTICIA y de la LIBERTAD.
Para todos aquéllos cuyos nombres figuran aquí, y para todos y todas las personas que lucharon mostrando su LEALTAD, seguimos pidiendo VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.
¡VIVA LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA!


Como en años anteriores, la caravana de vehículos, portando banderas republicanas, se dirigió desde el cementerio hacia el local social de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Mediterráneo donde tuvo lugar la IV Fiesta de la Libertad.




2 comentarios:

  1. Es ¡ Viva la tercera República Española !

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  2. Excelente reseña, a lo que yo añadiría que en los actos también estuvo presente una delegación de personas de la junta directiva de MHMU-Tenemos Memoria, de Murcia. Salud y República.

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