El día 16 de julio de 1936, mientras muchas personas en Cartagena
celebraban el fin de la huelga de los trabajadores de los Canales del Taibilla,
otras esperaban con preocupación el desarrollo de los acontecimientos del
futuro inmediato. La gente comprometida políticamente se encontraba en alerta
desde hacía días, ante los insistentes rumores de una sublevación, del estilo
del golpe del año 23.
Habiendo llegado a las altas
esferas la situación de incertidumbre, el Ministro de Marina ordenó a los jefes
de las Bases Navales que tomaran medidas para evitar las campañas de propaganda
y les pidió que comunicaran el grado de confianza en el personal que tenían a
su mando, pero no debió haber respuestas demasiado alarmantes, cuando concedió
los permisos de verano, si bien tomó la decisión de destituir a los mandos poco
fiables, como las tres piezas claves en la preparación del golpe: el Capitán de
Navío Manuel de Vierna, de la Base de El Ferrol, el Teniente Coronel de
Infantería de Marina Ricardo Olivera, de la de San Fernando, y el Capitán de
Fragata Marcelino Galán, comandante del Ferrándiz, en Cartagena.
Pero si el golpe de estado
no triunfó en la Marina, como la mayoría de los miembros del Cuerpo General
pretendían, no se debió a las medidas ministeriales, sino a la fidelidad de los
mandos subalternos al gobierno, la actitud de vigilancia de los auxiliares y la
marinería y de algunos oficiales de talante republicano, que extremaron la
precaución contra los elementos de naturaleza fascista.
Esto se hizo patente en la
Base Naval de Cartagena, en la que, no sólo en el inicio del levantamiento,
sino durante toda la etapa bélica, se resistió contra el fascismo, gracias a
los cuerpos auxiliares de la Marina y a los miembros de las Milicias Populares.
La fidelidad a la República de
los cartageneros y cartageneras durante los tres años heroicos de resistencia
de la plaza, se hubieron de pagar a partir de la victoria fascista, que nunca
perdonó al último bastión republicano lo decisivo de su intervención para
prolongar el tiempo hasta el momento de la caída final del gobierno legítimo.
LA ASOCIACIÓN MEMORIA
HISTÓRICA DE CARTAGENA, ante el aniversario del golpe de estado fascista, se
une a la reivindicación de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, en su
campaña para conseguir que el 18 de julio sea declarado Día de Condena del
Franquismo.
Tras 38 años después de la
reinstauración de la democracia, todavía no se ha producido una condena pública
e institucional del franquismo.
Consideramos que esta
condena no debe esperar más tiempo para llevarse a cabo, y por ello solicita de
la Comunidad Autónoma de Murcia y del Ayuntamiento de Cartagena se comiencen
las acciones encaminadas a realizar públicamente esa condena.
Del mismo modo, volvemos a
pedir a las autoridades municipales, tal y como lo venimos haciendo desde hace
seis años, que se retiren los nombres y símbolos franquistas de nuestras calles,
así como los honores a militares, golpistas y represores franquistas.
Una ciudad como la nuestra,
que de manera tan intensa y sangrienta sufrió los efectos de la represión
franquista no puede ni debe mantener en sus espacios públicos los vestigios de
la exaltación al fascismo, por lo que esperamos que, por in, nuestras
autoridades demuestren sensibilidad ante lo doloroso de esta situación y, de
una vez por todas, den un paso adelante en el camino de la justa reparación a cuantos
cartageneros y cartageneras lucharon y sufrieron por la defensa de los valores
democráticos y el mantenimiento de la libertad.
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