jueves, 22 de enero de 2015

Un Gobierno franquista después del franquismo

La primera decisión gubernamental de Juan Carlos I fue mantener al frente de la presidencia del gabinete a Carlos Arias Navarro


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Juan Carlos I y Arias Navarro

 José Luis Ibáñez Sala. Al Poniente, 21-01-2015
La primera decisión gubernamental de Juan Carlos I como rey y jefe de Estado fue mantener al frente de la presidencia del gabinete a Carlos Arias Navarro, el último jefe del ejecutivo durante la dictadura de Francisco Franco.
En efecto, el 12 de diciembre de 1975 Arias Navarro volvía a formar Gobierno, tras haber sido confirmado por el monarca ocho días antes. Varios ex ministros del franquismo, como su propio presidente, integraban el primer Gobierno de la monarquía postfranquista: como Manuel Fraga, que regresaba años después de su salida en 1969 para ser, además de ministro de Gobernación, uno de los tres vicepresidentes (para Asuntos del Interior, en su caso); el almirante Gabriel Pita da Veiga, que permanecía al frente del Ministerio de Marina; José Solís Ruiz, quien tras ser durante doce años (entre 1957 y 1969) secretario general del Movimiento, desempeñaba el cargo de ministro de Trabajo y repetía en el gabinete de Arias Navarro; y Antonio Valdés González-Roldán, que seguía dirigiendo el Ministerio de Obras Públicas.
No obstante, como un signo de tímido abrazo hacia los nuevos tiempos, tres de los ministros eran el rostro insuficiente del pacato reformismo gubernamental: el citado Fraga, el aristócrata monárquico y antiguo consejero del padre del rey José María de Areilza, responsable de Asuntos Exteriores, y el prestigioso abogado y diplomático Antonio Garrigues y Díaz-Cañabate, al frente de Justicia.
Vicepresidente primero, para asuntos de la Defensa, era el teniente general Fernando de Santiago y Díaz de Mendívil, ministro sin Cartera a su vez; como el ingeniero, funcionario de carrera y empresario Juan Miguel Villar Mir era el vicepresidente tercero además de ministro de Hacienda; y los tenientes generales Félix Álvarez-Arenas y Pacheco y Carlos Franco Iribarnegaray desempeñaban los otros dos ministerios militares de este gabinete, el primero el del Ejército y el segundo el del Aire. Los otros cuatro ministros destacados y destacables del segundo Gobierno de Arias Navarro eran el diplomático y ex director general de Información en los años en que Fraga fuera ministro de Información y Turismo, Carlos Robles Piquer, al frente de Educación y Ciencia; uno de los hombres del Movimiento de los años del tardofranquismo, ya en 1962 jefe nacional del Sindicato Español Universitario (SEU), Rodolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales; el monárquico y muy católico (no democristiano ni falangista) Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo, desde 1974 procurador en Cortes como representante de los empresarios de industrias químicas, sobrino del primer mártir de la Cruzada, José Calvo Sotelo, al frente del Ministerio de Comercio; y… Adolfo Suárez, ministro secretario general del Movimiento.
Que Arias Navarro volviera a llevar las riendas políticas, las ejecutivas del país, mostraba a las claras que España estaba en medio de ningún lado y sin posibilidades de ir a parte alguna. Aquel era, no cabe duda, un Gobierno franquista después del franquismo en el que el equilibrio entre inmovilistas y reformistas habría de ser imposible.
Demasiada continuidad en un ambiente social que silenciosamente gritaba la palabra cambio, y todo ello pese a que el segundo gabinete Arias Navarro –que, por cierto, vio cómo el último soldado hispano abandonaba el antiguo Sahara Español el día 26 de febrero del año 76– consintió la total libertad de la prensa y prometió ampliar el sistema de libertades. Pero, en tanto que depositario del legado de Franco que era, su presidente volvió a llevar la situación política a un callejón sin salida.
Adelanto de mi próximo libro para Sílex ediciones La Transición.

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