martes, 6 de enero de 2015

La leyenda del hockey, el hijo de ‘Begoñita’ de Las Cortes


UNA DE LAS NIÑAS EXILIADAS EL 13 DE JUNIO DE 1937 DE SANTURTZI EN EL BARCO ‘HABANA’ A LENINGRADO FUE MADRE DE UNO DE LOS MEJORES DEPORTISTAS RUSOS DE LA HISTORIA

UN REPORTAJE DE IBAN GORRITI - Domingo, 28 de Diciembre de 2014
A buen seguro, son contados con los dedos de una mano los vascos que tienen noticia de que la madre de uno de los considerados mejores jugadores del mundo de hockey sobre hielo era de la calle Las Cortes de Bilbao, niña exiliada de la guerra. El historiador iurretarra Aitor Beobide (1979) tiene todos los apuntes para transmitir esta atractiva historia a sus alumnos del instituto de Arrigorriaga. “Buscando información sobre la película Stalingrado, me apareció que el film tuvo más taquilla en Rusia que Leyenda nº 17, del año pasado, protagonizada por uno de los deportistas más famosos de todos los tiempos y, tirando del hilo, resulta que su madre era de Bilbao”, comenta Beobide orgulloso e ilusionado.
Todos los detalles de este episodio de memoria colectiva vasca enganchan a quien lo descubre por primera vez. El jugador de hockey Valeri Borísovich Jarlámov fue hijo de Carmen Oribe (alias Begoña), una de las niñas que soltó amarras desde Santurtzi a bordo del histórico barco Habana. Un total de casi 1.500 menores de entre cinco y doce años pusieron rumbo lejano a un desconocido enclave el 13 de junio de 1937, tan solo seis días antes de la ocupación de los golpistas de julio de 1936 en Bilbao: Leningrado. Una fue Begoña, quien se hizo amiga de Clarita Aguirregabiria, madre a la postre del famoso baloncestista Txetxu Biriukov, seleccionado por la URSS en 22 ocasiones y por España en 67, incluidos los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. “La historia para mí tiene aún mayor aliciente porque se habla del histórico barco Habana en el viaje que hizo a la URSS, porque en Euskadi solo se habla de cuando fue a Inglaterra”, explica.
Valeri Borísovich Jarlámov fue hijo de Carmen Oribe (alias Begoña)

Una vez casada, Carmen Oribe Abad, nacida en 1925, tomó el nombre de Germana Jarlamova. El registro-nómina que atesora en Madrid, y al que ha tenido acceso este diario a través de la asociación Archivo de Guerra y Exilio (AGE), cita que fue obrera y que falleció en “1987 o 1992”, dato no preciso. “Murió, según cuenta la película, al poco tiempo de fallecer su hijo en un accidente de coche. Murió de pena, de tristeza”. La estrella mundial del hockey murió el 27 de agosto de 1981 a los eternos jóvenes 33 años. De forma paradójica perdió la vida en el mismo lugar en el que vino al mundo: en un coche.
El próximo 14 de enero, de estar vivo, cumpliría 66 años. Valeri (se pronuncia Valera) Borísovich Jarlámov fue un jugador soviético de hockey sobre hielo que jugaba en la posición de ala izquierda y que a día de hoy aún está considerado uno de los mejores en la historia de este deporte. Su intensa biografía fue llevada a la gran pantalla el año pasado en la película ruso-española Leyenda nº 17, donde lo interpretó uno de los jóvenes talentos del cine ruso, Danila Kozlovsky.
Desde 1968 hasta su temprana muerte fue una de las grandes estrellas tanto de la selección soviética como del CSKA de Moscú, con quien fue ocho veces campeón del mundo y once veces campeón de la entonces URSS. Fue campeón olímpico en Sapporo 72 e Innsbruck 76, así como subcampeón en Lake Placid en 1980.
Valeri falleció en un accidente de tráfico junto a su mujer Irina en una autopista cerca de Moscú. En 2005 fue incluido a modo póstumo en el Salón de la Fama del Hockey sobre hielo de Toronto, siendo el tercer soviético que lo conseguía tras Vladislay Tretiak y Viacheslav Fetísov.
Tres años después, la Federación internacional lo eligió como uno de los integrantes del llamado Equipo del Centenario, una selección hecha por 56 expertos de 16 países y donde están los seis mejores jugadores de la historia. “Fue conocido en todo el mundo, porque en tiempos de la Guerra Fría se enfrentaban las selecciones rusa con la estadounidense o canadiense...”, agrega Beobide.
VIVENCIAS
Este medio se ha puesto en contacto con el Centro español de Moscú -con mayoría de vascos en su seno- y el presidente Francisco Mansilla trabajó con Carmen Oribe en Tibilisi. “Pero no la volví a ver”, informa brevemente. Sabe que Begoñita -como era conocida- conoció a un mecánico ruso, se enamoraron y tuvieron un hijo al que llamaron Valeri, en memoria de Valeri Chkalov, aviador y héroe del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
El registro del exilio a aquella URSS cita a la bilbaina como el número 3.043 y en él también aparecen otras personas con los mismos apellidos que pudieran ser sus hermanos: Diego (1931, repatriado) y Francisco (1929, fallecido).
Tal es su fama que su camiseta cuelga a día de hoy del techo del pabellón del CSKA de Moscú, por lo que se decidió que nunca ningún jugador de hockey del club volviera a vestir el número 17.

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