viernes, 19 de abril de 2019

PRIMAVERA 2019, JUSTICIA, IGUALDAD Y LIBERTAD (I)



En este año 2019, la conmemoración del aniversario de la proclamación de la II República en Cartagena, ha tenido una doble vertiente: la local y la regional.
Estos últimos años, la ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA ha conmemorado esta efemérides con una primera parte, de homenaje a las víctimas del franquismo, en el Cementerio de Los Remedios, y una segunda parte, la Fiesta de la Libertad, que cada año se llevaba a cabo en un barrio diferente de la ciudad, y en la que se celebraba el aniversario de la República con una serie de actuaciones musicales y poéticas y que culminaba en una comida fraternal.
Este año, en que la fecha del 14 de abril ha caído en domingo, la segunda parte de la conmemoración de este aniversario ha tenido carácter regional.


I: HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO:

Cementerio de Los Remedios, en Santa Lucía (Cartagena): Bastante antes de las 11 de la mañana, convocadas por la ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA, un nutrido grupo de
personas se reunieron en las puertas para dirigirse al memorial erigido por la Asociación en recuerdo de los fusilados por el régimen franquista.
Este monumento tiene grabados, no sólo los
nombres de los fusilados en Cartagena, sino también el de aquellos cartageneros que fueron fusilados en otras localidades.
Tras unas palabras de homenaje dedicadas por Josefina Pérez, vicepresidenta de la
Asociación Memoria Histórica de Cartagena,a estos defensores de la Libertad, a estos republicanos que pagaron con su vida su coraje, su valentía, su fidelidad al legítimo gobierno, le correspondió
intervenir a Patricia Serrano Rodríguez, miembro del colectivo feminista Paro Internacional de Mujeres de Cartagena, que leyó su reciente artículo "La España viva es la de la Memoria" en que habla de la gran deuda que tiene nuestro país con las víctimas de su historia, y que reproducimos a continuación:

"Lo injusta que es la vida. No la vida, los humanos son muy injustos" son las palabras de María Martín sentada junto a la cuneta donde yace su madre asesinada en 1936.
El golpe de Estado y la imposición de la dictadura franquista trajeron consigo oleadas de crímenes, violencia, represión y censura que marcaron  
 no sólo los tres años que duró la guerra y los 40 años que duró el régimen, sino que hoy perduran en la gran deuda que tiene este país con las víctimas de su historia.
Soy bisnieta de una andaluza que junto a sus hijas huyó de su tierra para protegerse de un hombre y de un hambre que la mataban. Su paseo por el mundo la llevó a Cartagena, donde sufrieron las terribles consecuencias             
del conflicto recogiendo el pan que lanzaban de los barcos al agua, limpiando las ropas de los marineros y preparando las comidas de los señoritos. Comían cáscaras de fruta y dormían en portales.
Mi abuela Eduarda aprendió a escribir a la edad de 57 años, mujer obrera y ama de casa - de la suya y la de otros - a cargo de un marido ciego y tres bocas que alimentar, a veces seis.
 La más entendía de la economía doméstica, la que sumaba y restaba mentalmente. Ella y mi tía María adoraban contarme historias, pero sí esperaron a que yo fuera un poco más adulta para uno de los relatos
más duros de la familia, la noche que se llevaron al padre de mi abuelo y a punto estuvo de no volver nunca, de hecho, sus compañeros jamás lo hicieron. "Y tuvimos suerte" decían.  Hace unos años al pregun-
tarles cuáles fueron las costumbres de su época para un trabajo de la universidad contestaron: "la única costumbre era pasar hambre". No son los únicos testimonios que conozco, todas mis amigas tienen historias
similares: pobreza, injusticia y represión.
A las mujeres nos había costado muchísimo alcanzar el ámbito público y ser partícipes de la cultura y política del país, de nuevo volvíamos a ser relegadas
al discurso de la domesticidad donde la máxima frontera era la pared de nuestra casa. El golpe de Estado contra la democracia frenó las ideas  transforma-doras y el discurso social que tanto había  
caracterizado a la República, los derechos humanos se vieron expuestos y eliminados. Mi abuela y mi tía abuela eran mujeres pobres nacidas en plena guerra civil y criadas en la posguerra, fueron trabajadoras y madres en la década de los
60 enfrentándose a la sombría época y a las nefastas condiciones de vida. Sobrevivieron ellas, sus hijas e hijos gracias a lo que hoy conocemos como  sororidad.
Acabé estudiando Historia por elección
del destino, pero quizá el germen estuvo en sentarme en la mesa de Eduarda y escuchar la memoria cobrando sentido en su boca. Por ellas
y porque la España viva es la de la memoria, desde el Colectivo Feminista Paro Internacional de Mujeres Cartagena apoyamos el homenaje a las víctimas del franquismo organizado por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, el
 franquismo organizado por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, el próximo domingo 14 de abril. Porque como dijo Victoria Fernández Díaz a su paso por Cartagena: "cuando se recupera la memoria se recupera la dignidad".
La República supuso el gran avance de las mujeres a todos los estratos de la sociedad. Como feministas debemos comprometernos a recuperar la memoria de las mujeres y hombres que lucharon por un mundo más justo y más libre. Este domingo 
tienes una cita para conmemorar el Día de la República y homenajear a los fusilados y fusiladas por el franquismo. 
Por mi parte, al finalizar la carrera hace un año sólo un hecho tenía claro: nuestro trabajo es el recuerdo, nuestra obligación   
mantener viva la memoria porque en el pasado se encuentra el sentido del presente".


Tras la lectura que hizo Patricia, se interpretó el Himno de Riego con gran emoción, y a continuación, La Internacional, mientras que se colocaba en el monumento un centro de flores y las personas presentes fueron depositando claveles rojos como homenaje a las víctimas, para dirigirnos después en dirección a la sepultura en que se hallan 

los restos de los marinos muertos en el crucero Cervantes, sepultura que se costeó como consecuencia de una suscripción popular, a iniciativa del ayuntamiento republicano y cuya inscripción fue mutilada
en tiempos de la dictadura franquista y que, recientemente, la MHC restituyó cuando rehabilitó y adecentó dicha fosa. Allí depositamos un ramo de flores, y nos encaminamos, seguidamente, a hacer lo propio, en la que durante mucho tiempo, se
conoció como "Fosa X" la fosa común ubicada en la parcela número 10, en la que se encuentran los restos de 51 republicanos fusilados, la mayoría marinos  trabajadores del Arsenal de Cartagena, y  también restaurada por nuestra 
Asociación. que le devolvió su dignidad y colocó las placas con la inscripción de los nombres de aquéllos cuyos cuerpos allí reposan, y que fueron ejecutados entre los años 1939 y 1945.
 No terminó en este lugar nuestro itinerario, con los honores a quienes sufrieron la represión en los primeros años de la posguerra; pues el feroz desquite de los franquistas contra quienes lucharon por las libertades, continuó, implacable,
 prolongándose en el tiempo, incluso hasta después de la muerte del dictador. En este mismo cementerio, tenemos un ejemplo de ello en una de las innumerables muertes que tuvieron lugar durante el período de la 
sangrienta (aunque llamada modélica) transición; se trata de la sepultura de Pencho Egea López, que murió en 1977, cuando no contaba más que con 18 años de edad. Este cartagenero participó en Valencia en una manifestación autorizada, cuando
sucumbió ajo el impacto de una bala de goma de un policía, que le disparó cuando se encontraba indefenso, tirado en el suelo. Una joven víctima de la lucha por la implantación de la democracia, cuya sepultura  fue la última parada de este
itinerario, tras el que nos encaminamos al puerto de Cartagena.

Allí conmemoramos el Aniversario de la instauración de la II República. Pero de esto, mejor, hablemos en el siguiente capítulo.









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