En los países en que la festividad del Primero de mayo tiene carácter oficial,
mientras que una parte de la población rememora esta fecha como el origen del
movimiento obrero moderno y participa en las reivindicaciones de la clase
obrera, otra parte toma el día de descanso para actividades de ocio... aunque
tanto unas como otras personas, como miembros de la clase trabajadora nos
encontramos igualmente afectadas por las injusticias y explotación que dicha
clase padece; y de manera especial debemos sentirlo en este año 2020, en que se
conmemora de manera atípica debido a las excepcionales circunstancias que a
ello concurren.
El Primero de Mayo, como Día
Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, esta Jornada de Homenaje a
los Mártires de Chicago, se sigue celebrando, aun desde el forzoso confinamiento,
pues aunque no hayamos podido en esta ocasión salir a manifestarnos en esta conmemoración de la consecución de la jornada laboral de 8
horas, nos encontramos en una íntima proximidad anímicamente quienes luchamos
aún hoy, en pleno siglo XXI, del mismo modo que en aquel lejano 1886,mientras
200.000 trabajadores se encontraban en huelga, otros 200.000 obtenían esa
conquista con la simple amenaza de paro, pues incluso desde el aislamiento
físico de la cuarentena nos manifestamos en esta jornada reivindicativa de los derechos
de los trabajadores y trabajadoras.
Los sucesos de Chicago, que costaron la vida de muchos
trabajadores y dirigentes sindicales, que ocasionaron miles de despedidos,
detenidos, procesados, heridos de bala o torturados., sigue vivo en nuestra
memoria como estaba vivo en el 1 de mayo de 1931, solamente dos semanas después
de haberse proclamado la II República Española.
Se manifestaron en esa fecha,
convocados por los sindicatos CNT y UGT miles de trabajadores en cada ciudad,
trabajadores junto a burgueses, políticos e intelectuales recorrieron nuestras
calles unidos fraternalmente en un mismo objetivo: la defensa de las
reivindicaciones de la clase obrera.
Personajes como Unamuno y Largo Caballero
desfilaron en esa jornada esperanzadora en los primeros días del nuevo régimen
recién estrenado, del mismo modo que se hizo en Cartagena, ciudad en que la
UGT contaba con cuatro mil afiliados y
la CNT con tres mil, y donde, después de un
mitin multitudinario, con motivo de la fecha se impuso el nombre de
Pablo Iglesias al Paseo Alfonso XII.
Cartagena, cabeza de una comarca en que las conflictividad en la industria, la agricultura y la minería venían desde tanto tiempo atrás, se organizó en los años de la república en torno a los dos grandes sindicatos existentes, de manera que su afiliación creció exponencialmente, y las luchas obreras que la caracterizaron como ciudad combativa durante los años treinta, continuaron con gran empuje en la época de la Transición a la Democracia.
Hoy la unidad de la clase obrera es mucho más necesaria de lo que nunca lo ha sido; vivimos momentos de crisis, de una crisis mucho mayor y más inquietante aún de lo que los fue la crisis industrial, de una crisis más aguda, más cruel de lo que lo fue la crisis financiera; y en estos momentos en que nos rodeamos de una gran incertidumbre ante un aún más incierto futuro, es más necesaria que nunca la unidad en la lucha. En una situación como ésta estamos abocados a la unidad, una unidad sin fisuras de la clase obrera que debe inspirarse en el glorioso pasado, en aquellos momentos de empuje, de fuerza, de coraje, de heroísmo... de los que hicieron gala nuestros padres y madres, nuestros abuelos y abuelas.
Hoy, Primero de mayo de 2020, mantengámonos en la cohesión para luchar contra la injusticia y la desigualdad.
Uno de mayo: Día de la Clase Obrera.
PRIMERO DE MAYO DE 2019: La Asociación Memoria Histórica de Cartagena presente en la manifestación del Día de la Clase Trabajadora:
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