Memoria Histórica de Cartagena

Blog de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena

Efemerides

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martes, 30 de abril de 2013

1 de Mayo Día Internaciona de los trabajadores

El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales.


Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se celebra en muchos países.
Llamativamente, en Estados Unidos y Canadá no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.





Revuelta de Haymarket





La historia

Artículo principal: Revuelta de Haymarket.
Los hechos que dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo IX Francia era la segunda ciudad en número de habitantes de Paris Del Oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas de trabajo

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas. El hacer valer la máxima: «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa». En este contexto se produjeron varios movimientos, en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), inicialmente socialista (algunas fuentes señalan el origen anarquista). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, ésta había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, yéndose a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de las organizaciones, que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas, reduciendo el paro.
El 25 de junio de 1868, el presidente Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, 1 estableciendo la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas (aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas a entre 14 y 18 horas). Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la Ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de EE.UU. se movilizaron. La prensa calificaba el movimiento como «indignarte e irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestó que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora


Manifestación 1 de Mayo


El día 1 de mayo, la huelga

El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2 la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.
El redactor del Arbeiter Zeitung Fischer corrió a su periódico donde redacta una proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25.000 octavillas. La proclama decía:
Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza! ¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria. Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!. Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden... ¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís! ¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.
La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como Revuelta de Haymarket.2

La revuelta de Haymarket

Artículo principal: Revuelta de Haymarket.
Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20.000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un número desconocido de obreros.
Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.

Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:
Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!
La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, y responsabilizando a ocho anarquistas y a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.
El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en 8. Las irregularidades en juicio fueron muchas violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.
Prisión
  • Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua.
  • Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
  • Michael Schwab, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena perpetua.


Grabado de los siete anarquistas condenados a morir por el asesinato de Degan. Un octavo acusado, Oscar Neebe, no se muestra aquí, fue condenado a 15 años de prisión.

A muerte en la horca
El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
  • Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.
  • Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista.
  • Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista, esposo de la mexicana Lucy González Parsons aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente.
  • August Vincent Theodore Spies, alemán, 31 años, periodista.
  • Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda.2
Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina):
...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...2
El Crimen de Chicago costó la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos, polacos y de otros países eslavos.

Consecución de la jornada laboral de ocho horas

A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. El propio Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto comunista dice:
Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. !Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!3 4
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36 años de Madres de la PLaza de Mayo


En el medio del terror de la última dictadura civico militar, las Madres de PLaza de Mayo juntaron fuerza y coraje y comenzaron las rondas que hasta el día de hoy siguen presentes, en busca de Memoria, Verdad y Justicia.

Hoy cumplen 36 años de lucha y habrá celebraciones.



Por un lado, la Asociación Madres de Plaza de Mayo concluirá con un acto de cierre tras un mes de actividades en el auditorio de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo -de la calle Hipólito Yrigoyen 1584, en Congreso-, a las 18 horas con un discurso de la presidenta de la institución, Hebe de Bonafini.

Hebe, que ofrecerá el primer discurso público luego de la internación por un cuadro asmático el día 23 de marzo, hablará mediante el sistema de teleconferencia.

La Asociación Madres de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora celebrarán este martes con sendas actividades, al cumplirse el 36 aniversario de la primera vez que un grupo de madres se reunió en la Plaza de Mayo para reclamar por sus hijos secuestrados durante la última dictadura cívico-militar.

En tanto, las Madres Línea Fundadora serán homenajeadas por la Legislatura porteña, también a las 18, en un acto que estará encabezado por Raúl Zaffaroni, integrante de la Corte Suprema de Justicia.

Acompañarán a las Madres, los actores Juan Palomino, Arturo Bonin, Horacio Fontova, Gastón Pauls, entre otros, y se realizará un cierre musical a cargo del coro "Quiero retruco".


"Individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo?. Cuando vea que somos muchas, (Jorge) Videla tendrá que recibirnos".

Con esta frase Azucena Villaflor creó las Madres de Plaza de Mayo.


El 30 de abril de 1977 acudieron a la Plaza 14 madres. Allí estaban Villaflor de De Vincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard (4 hermanas), Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, una mujer de apellido De Caimi y una joven que no dio su nombre.

Acordaron reunirse todos los jueves en la Plaza, como hoy lo siguen haciendo.

En la Plaza, las Madres permanecían en grupos, de pie, sin caminar, pero pronto los policías que custodiaban el lugar les indicaron que marcharan porque había estado de sitio y estaban prohibidos los grupos de tres o más personas y así comenzaron las caminatas alrededor de la Pirámide.

Villaflor fue secuestrada igual que las madres María Eugenia Ponce y Esther Ballestrino de Careaga por una patota de la ESMA que infiltró en el grupo al represor Alfredo Astiz, haciéndolo pasar por hermano de un desaparecido.

Azucena, Berta, Haydée, María Adela, Julia, María Mercedes, Cándida, Delicia, Pepa, Mirta, Kety, Raquel, Elida, Rosa, María, y esa joven que no dio su nombre dieron el puntapie inicial a las "rondas", en una búsqueda que no cesa, en ese "embarazo perpetuo" con la esperanza de parir nuevamente a sus hijos.



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Inauguración en Gijón del Parque "Comandante Robert"




 
  AGE 28 Abril 2013
El pasado 14 de abril asistimos en Gijón a la inauguración de un Parque dedicado al Comandante Robert, que era el nombre que adoptó en la resistencia francesa José Antonio Alonso, asturiano, considerado un héroe en Francia por su participación activa en la liberación de la ciudad de Foix y otros actos de guerra. También participó en la invasión del Valle de Arán a las órdenes del coronel Vicente López Tovar.
A sus 94 años no le fue posible desplazarse desde Francia, pero nos dirigió unas emocionadas palabras por conexión telefónica. 

El parque está situado en el Barrio de Contrueces en Gijon. Al lado de la Comandancia de la Guardia Civil y del Campo de fútbol Montevil.
 
El Comandante Robert junto a Jesús de Cos hace 3 años
















Este acto se enmarca dentro de la campaña de reconocimiento a los guerrilleros y resistentes antifascistas emprendida por FAMYR y AGE.
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Exposición en Bruselas "Exhumando Fosas, Recuperando Dignidades"





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La revuelta de Haymarket 4 Mayo 1886 (Chicago)







 

 
Trabajadores asesinados en Chicago




 1 Mayo 2013

El incidente de Haymarket o revuelta de Haymarket fue un hecho histórico que tuvo lugar en Haymarket Square (Chicago, Estados Unidos) el 4 de mayo de 1886 y que fue el punto álgido de una serie de protestas que desde el 1 de mayo se habían producido en respaldo a los obreros en huelga, para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. Durante una manifestación pacífica una persona desconocida lanzó una bomba a la policía que intentaba disolver el acto de forma violenta. Esto desembocó en un juicio, años después calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado, hacia ocho trabajadores anarquistas, donde cinco de ellos fueron condenados a muerte (uno de ellos se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron recluidos. Fueron denominados Mártires de Chicago por el movimiento obrero.

Posteriormente este hecho dio lugar a la conmemoración del 1 de mayo, originalmente por parte del movimiento obrero, y actualmente considerado en la gran mayoría de los países auto denominados democráticos (exceptuando los Estados Unidos, el Reino Unido y el Principado de Andorra), el Día internacional de los trabajadores.
Placa conmemorativa del gobierno de Chicago dedicada a los trabajadores involucrados en el incidente de Haymarket, los mártires de Chicago. En rotulador, "Primero tomaron vuestras vidas, ahora explotan vuestra memoria".


Monumento a los trabajadores asesinados en chicago


Los hechos que dieron lugar a esta revuelta están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
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lunes, 29 de abril de 2013

«Los policías que nos iban a ´pasear´ decían: ´Con lo bonitas que son, qué lástima…»

«En el penal de Saturrarán, Guipúzcoa, había monjas malas que te humillaban o te mandaban a la celda de castigo, en un sótano húmedo pegado al río»


saturrarán
Republicanas presas en el penal de Saturrarán (Guipuzcoa)


 La Nueva España, 15.04.2013 

Ángeles Flórez Peón (Blimea, 1918) evoca en esta segunda entrega de «Memorias» su detención, consejo de guerra y prisión tras ser miliciana en la Guerra Civil.
l Como voladores. «Mi madre estuvo en casa, en Carbayín, durante la guerra, a la que habíamos marchado los tres hermanos más jóvenes: Secundino, Argentina y yo. Cuando formaron los batallones, mi hermano no estuvo con el de los “mártires de Carbayín”, sino con otro que no recuerdo. El caso es que no estuvo con nosotras. Al caer Asturias no supimos nada de él. Había embarcado, pero los cogieron en alta mar y a él le metieron en un batallón de trabajadores, no en la cárcel. Estuvo en muchos sitios, en Santander, en Cádiz…, y en su batallón le pusieron de enfermero, así que aprendió a hacer curas y de todo. Después de acabar la guerra tuvo que ir al servicio militar, o sea, que estuvo unos cuantos años movilizado. Volvió más tarde a Tuilla, donde no fue perseguido y se casó. Vivió hasta 1993. Desde el día en que mi hermana y yo volvimos a casa, mi madre intentó escondernos. La gente, que nos apreciaba, también nos decía: “Venid a mi casa, por si acaso”. Pero no nos escondimos y un día, cuando estábamos cenando, oímos llegar un camión. Era de la guardia de asalto, rodearon la casa y entraron como voladores. Nos cogieron a mi hermana y a mí, y uno dijo: “Pero si son dos niñas”. Ellos eran de 30 o 40 años, y nosotras no llegábamos a 20. Nos subieron al camión y ellos cogieron un acordeón que había sido de mi hermano Antonio y lo iban tocando. También detuvieron a una de Bimenes y a Maruja, de Valdesoto».
l Celda en la Diputación. «Nos llevaron a Oviedo y nos metieron en una celda que estaba en el edificio de la Diputación, al lado del Campo San Francisco. Llegamos por la noche, nos bajaron del camión, entramos por la puerta principal y nos llevaron a la parte de atrás, donde había una galería grande y dos celdas. En una estábamos nosotras con Maruja, y la chica de Bimenes fue a la otra, pero salió en seguida en libertad. Ella había sido miliciana y había estado con el fusil, pero fue un misterio, porque no fue juzgada. Varios años después, es curioso, tuve que escuchar a Franco hablando desde el balcón de la Diputación. Sería el año 42 o 43; yo ya había salido de la cárcel y estaba sirviendo en una casa de Oviedo. Salí a comprar y cuando me di cuenta no podía pasar porque cortaban el paso de la gente. Y tuve que ver a Franco y estar allí a la fuerza».
Milicianas desaparecidas. «Nos detuvieron, pero no nos tomaron declaración. Muchos años después conseguí papeles con una declaración falsa. Nos detuvieron el 7 de noviembre y en esos papeles consta el 8. Era así porque, según supe después, nos tenían preparadas para dar el “paseo”. Como éramos tan jóvenes, al cambiar la guardia, los policías decían: “Con lo bonitas que son…, qué lástima, qué lástima…”. Después comprendimos por qué decían eso: porque estábamos para dar el “paseo” por el Campo San Francisco. Pero algo pasó que no nos sacaron y nos llevaron a la cárcel modelo de Oviedo. Allí estaban aquellas mujeres que ya llevaban presas todo lo que había durado la guerra en Asturias. Estaban ansiosas de saber cosas, porque nosotras tres fuimos las primeras que entramos en la cárcel tras la guerra. Cuando explicamos que nos habían detenido el día anterior y que habíamos estado en aquella celda, ellas nos dijeron: “Allí es para dar el paseo; aparecen muertos todos los días en el Campo San Francisco”. A las mujeres no tenían interés por condenarlas: las “desaparecían”. Milicianas que estuvieron conmigo aparecieron por una playa y por otra».
l Abogado acusador. «En la cárcel modelo ya estábamos seguras. Salvamos. Nos podían condenar a muerte, pero no nos pegaban ni nos hacían lo que a mujeres que metían en las cárceles de los pueblos, donde las hacían desaparecer. En la cárcel pasamos miseria: no había dónde ducharnos, ni nada de higiene, y comíamos mal, aunque todo el mundo comía mal entonces. Estábamos incomunicadas y a mi madre no la pude ver hasta que salí de presa, en agosto de 1941. Tuvimos consejo de guerra sumarísimo y urgente el 2 de febrero de 1938. Nos acusaron de ser milicianas y voluntarias desde el primer día, pero después añadían cosas. Decían que yo era peligrosa, que había hecho no sé cuánto en Carbayín, donde nos apreciaba todo el mundo. Y según informaron del Ayuntamiento, yo había matado a dos soldados moros en Pola de Siero. Y yo, sin enterarme. Eso no salió en el consejo, porque vieron que era mentira. Estaba reciente la caída de Asturias y eran los consejos de guerra más gordos. Todo era pena de muerte, pena de muerte y pena de muerte. Me defendió un civil que más bien me acusaba. No me acuerdo quién era, aunque su nombre está en los documentos. Pero no me gusta dar los nombres porque habrá familia y no quiero hacer mal. No tengo ninguna idea de venganza. El consejo duró un cuarto de hora. Era todo rápido. No preguntaban nada, ni había testigos. Decían tu nombre y el acusador leía los cargos. Después el abogado defendía y acusaba. Dijo que habíamos sido voluntariamente milicianas comunistas (en lugar de socialistas) y lo último que añadió fue: “Pido piedad porque son muy jóvenes”. Fue reclusión perpetua para las tres».
l Dos mantas, plato y cuchara. «Estuvimos en la cárcel en Oviedo seis meses y después nos llevaron al penal de mujeres de Saturrarán, en Guipúzcoa. Allí había más bien humillaciones: tenías que ir siempre con los brazos cruzados y no mirar a ningún sitio. Y dormíamos en el suelo. Al llegar nos daban dos mantas, un plato de aluminio y una cuchara de madera. Ése era todo nuestro mobiliario. Más tarde, cuando terminó la guerra, ya quisieron hacer algo un poco mejor y nos dieron un petate para acostarnos. El penal lo llevaban monjas malas. No te podían pegar, pero te humillaban en todo. Yo estuve injustamente castigada en un sótano muy húmedo, porque el río pasaba al lado. Era el mes de noviembre, llovía muchísimo y había mucha humedad. La celda de castigo era de cemento. Era duro estar allí. Y el castigo fue porque cuando entrábamos en el comedor (al principio comíamos en el suelo y luego ya hubo mesas) nos hacían rezar y cantar el “Cara al sol” con el brazo levantado. Una chica que estaba a mi lado no levantó el brazo; estaba muerta de miedo y cogida a mí, temblando. Pero vinieron y me cogieron a mí, y me tuvieron cinco días a pan y agua en la celda de castigo. Pero debieron de ver algo en mí y me sacaron para otra celda en el primero, con ventana. Ya no era la de cemento del sótano, con un tragaluz muy alto, porque era alta la pieza, aunque valía mucho aquel tragaluz porque veías un poco. No había electricidad. Había una mujer que llevaba meses en una de aquellas celdas de castigo. Todas creíamos que la habían llevado a otra prisión, pero la descubrí allí».
l Chistes y catecismo. «No teníamos higiene de ninguna clase, ni duchas; nos lavábamos como podíamos. En mi sala éramos ciento y pico. Pasábamos hambre: nos daban lentejas con cocos, fabes con cocos, y las patatas eran el manjar de la cárcel. La misa no era obligatoria, pero si no ibas sabías que te podía caer un castigo. Ya durante mi último año allí nos hicieron confesarnos y comulgar. De mi sala, cuatro no lo hicimos: dos de Las Caldas, otra chavala asturiana y yo, que ya sabía lo que era el castigo. Pero no me castigaron, sino que me pusieron a aprender el catecismo. No teníamos dónde sentarnos. Cuando nos levantábamos, doblábamos las mantas y poníamos la ropa curiosa, aunque a un lado, porque no teníamos sitio para dejarla. Nos sentábamos y contábamos chistes. Nos reíamos no sé cuánto, y cuando sentíamos que venía alguien, decíamos: “¿Eres católica”. “Sí, soy católica por la gracia de Dios”. Aparentábamos que estábamos aprendiendo la religión. Había una monja que al servir el plato y echarte un cazo, si cogía por arriba te echaba sólo el agua. Me lo hizo y todas quedaron paradas. Pero finalmente creo que llegue a serle simpática incluso a ella, porque cuando me llegó la libertad me dijo: “Hale, aprisa, aprisa, que no quiero que duerma usted un día más aquí”. Pero hubo cosas peores, ya digo, en las cárceles de los pueblos, donde pegaban, violaban, las sacaban y las mataban. Siempre digo que fui una privilegiada. Estoy aquí y estoy bien. Y no me cortaron el pelo; era muy presumida y pensar que me lo podían cortar me ponía mala».
http://www.lne.es/asturias/2013/04/15/policias-iban-pasear-decian-bonitas-son-lastima/1397384.html
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Emocionante homenaje a los deportados en el Día del Recuerdo en Saint-Denis, Paris

Hoy, Día del Recuerdo de los deportados en toda Francia, se organizó como cada año un bello homenaje en Saint-Denis, al que unos Amigos de los Republicanos Españoles decidimos acudir con la asociación Para no Olvidar.
 Rose-Marie Serrano, Saint-Denis, 28 de abril de 2013
Amigos de los Republicanos Españoles de la región parisina)

  
Depositamos nuestras flores tricolores con las de la alcaldía y las de la Federación Nacional de Deportados e Internados y Resistentes Patriotas (FNDIRP), desplegamos la bandera tricolor y Valentín y Laura se pusieron juntos detrás del monumento del cementerio comunal de Saint-Denis, muy bien adecuado en el "Cuadrado de los Fusilados", rodeado de tumbas.

  
Habló Fernand Devaux, deportado a los 18 años a Auschwitz. Conoció a Angèle Martínez, española de la Petite-Espagne (barrio de la inmigración española), a muchos españoles de allí, (una decena de  familias de Saint-Denis fueron deportadas, hubo 111 victimas entre ellas, de las cuales 11 niños, por ser de origen judio. Hubo 14 resistentes españoles deportados en 1942).

  
Fernand recordó lo que jamás hay que olvidar: "el horror que se ofreció a la vista de los liberadores en 1945, al liberar los campos de concentración, el genocidio, la exclusión, la exterminación de resistentes de toda Europa, crímenes contra la humanidad preparados por los conflictos y odios anteriores, la anexión de territorios, el diabólico afán de convertir a los deportados  en lobos que se descuartizaran unos a otros".

 
Pero "la Resistencia fue la transmisión de informaciones, de la esperanza, de la certidumbre de la victoria, en particular a partir de la batalla de Stalingrado, y el 8 de Mayo del 45 fue el alivio, el final de la guerra, la vuelta de los deportados que sobrevivieron, 40 000 resistentes de 90 000. 

  
Por eso hay que plantearse si es aceptable que víctimas y verdugos sean considerados como veteranos de guerra. La SS era la ejecutora del Partido Nazi. Hay que guardar la Memoria de los muertos", añadió con emoción Fernand y se pusieron las flores, se tocaron la Marsellesa y el Himno de los pantanos (le Chant des Marais).

  
Enfrente de mí estaban esculpidos los nombres del sufrimiento indecible: Auschwitz, Bergen-Belsen, Buchenwald, Dachau, Flossenburg, Gross-Rosen, Maidanek, el horrendísimo Mauthausen, con 7000 republicanos españoles (con 5000 asesinados, entre ellos Rafael Pérez Plaza, uno de toledanos perecidos en Gusen), Ravensbrück, Sacsenhausen y otros atroces nombres de siniestro recuerdo.

 
Después se hizo un desfile, saludando a los resistentes de las tumbas, algunos españoles,  con las banderas y nos fuimos para el centro de la ciudad al homenaje de la Plaza de la Resistencia, ante el monumento a los "Habitantes de Saint-Denis muertos por Francia, por la Libertad, por la Paz".

 
El señor Frézoul, secretario de la FNDIRP, hizo una importante declaración, recordando como "hace 80 años Hitler imponía su poderío en Alemania…debemos decir a las jóvenes generaciones que es en épocas de crisis cuando surgen ideologías de exterminio y tienen que estar preparadas para poder combatir esas plagas si se presentan".

De nuevo se oyó el conmovedor Canto de los pantanos e intervino la señora vice-alcaldesa Madame Lassère: "En el 68 aniversario de la liberación de los campos de deportados tenemos que recordar las lecciones del acontecimiento, que hace 76 años triunfó el nazismo... pero Jean Moulin organizó y presidió el CNR;  los maquis, la prensa clandestina cobraron vigor, por el deseo de escapar al STO el país se levantó poco a poco contra Vichy y los nazis; en 1943 los franceses se movilizaron pero 73 terribles convois partieron de Drancy;  hubo 5 millones 100.000 víctimas, (tres millones de judíos), 76.000 deportados en Francia de los que sobrevivieron 2.500.
42.000 personas fueron deportadas por hechos de resistencia en Francia. Tenemos el deber de recordar a los jóvenes que en tiempos de crisis se acrecentan las discriminaciones, los prejuicios racistas, xenófobos, antidemocráticos, homófobos. Así advertidos los jóvenes podrán combatir el peligro si se presenta. Una decena de familias de Saint-Denis fueron deportadas, 11 niños de origen judío.


Gracias a asociaciones y a militantes de la Memoria, al presidente M. Chirac, en 1995 fue reconocido el crimen contra los 76000 judíos deportados. 6 millones de personas perecieron por ser diferentes, la Shoah nos concierne a todos… entre los resistentes también los hubo extranjeros de la MOI (Mano de Obra Inmigrada), españoles entre los FTP-MOI. Les debemos nuestra libertad. Hoy les expresamos nuestra gratitud. Honramos a todos los deportados... La Memoria nos llama a una conciencia renovada, a cada uno para construir mejor el porvenir. Cuando los últimos testigos hayan desaparecido nos quedará la conciencia de que recordar es también actuar para un mundo de justicia y de paz".

 

Entonces se volvió a oír el maravilloso Canto de los Partisanos: "Amigo, si caes, un amigo sale de la sombra en tu puesto/ Silbad compañeros, la libertad nos escucha". Se depositaron flores alrededor del monumento, se tocó la Marsellesa.
Antes de separarnos hablamos con Fernand, que fue del convoi especial de 45.000 hombres y 31.000 mujeres, quien militó en las juventudes comunistas con muchos españoles. Le hice una foto con el joven abanderado de la FNDIRP, Adrien, de 16 años, no sin recordarle que algunos tenían su edad en 1936, Daniel, por ejemplo, quien entonces salió de su pueblo toledano para Madrid pero vino hoy a Saint-Denis entre los Amigos de los Republicanos españoles de la región parisina.
 
Con la vice-alcaldesa de Saint-Denis trabajaremos para no olvidar. Desde lo alto de la calle, desde la Casa de la Juventud,  nos miraban con curiosidad jóvenes, niños, transeúntes. Habrá que lograr concientizar cada vez más a la población (y que participe),  muy diversa población ahora como antes en estas afueras de París.

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IV Jornadas de Cultura Libertaria Cartagena 10, 17 y 25 de Mayo 2013


 CNT- AIT Cartagena 28 Abril 2013

10 DE MAYO
"CULTURA CLÁSICA Y ANARQUISMO"
Pako - Militante de CNT Cartagena - Licenciado en Filosofía
A las 18:30h - Salón de Actos de la U.N.E.D.

17 DE MAYO
"LA COMUNA DE PARÍS"
Rafa - Militante de CNT Cartagena - Estudiante de Historia (UMU)
A las 18:30h - Salón de Actos de la U.N.E.D.

25 DE MAYO
"ECONOMÍA ALTERNATIVA Y AUTOGESTIÓN"
MESA REDONDA PARTICIPATIVA A CARGO DE:
CNT (Confederación Nacional del Trabajo)
San Joy (Aldea Rehabilitada, Fortuna)
La Revolica (Cooperativa Agroecológica, Puente Tocinos)
AESIR (Redes Distribuídas - Murcia - Cartagena)
Asociación 4 Almendros (Canteras, Cartagena)
A las 18:00h - Campus de la Muralla del Mar (Teleco - Universidad Politécnica)
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domingo, 28 de abril de 2013

De militares en la Guerra Civil a maestros del 'espíritu nacional'


La represión franquista depuró a cerca de 60.000 maestros republicanos. Para ocupar sus vacantes el régimen convocó las llamadas "oposiciones patrióticas", a las que sólo podían presentarse excombatientes, excautivos y mutilados de guerra.

Juan Larreta, director de 'Las escuelas graduadas de Treviana', junto a sus alumnos durante la II República

Juan Larreta, director de 'Las escuelas graduadas de Treviana', junto a sus alumnos durante la II República

 

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 28/04/2013

El 18 de julio de 1936 la enseñanza española estaba de vacaciones. Juan Larreta, director de 'Las escuelas graduadas de Treviana' (La Rioja) se encontraba un día después del levantamiento militar en la escuela junto a su hijo mayor. Pocos maestros podrían imaginar que nunca más regresarían a sus puestos de trabajo y que se convertirían en uno de los gremios más perseguidos por la represión franquista. Juan sí que se lo imaginó. Por eso, cuando recibió el bando de Mola de la mano de unos requetés le dio un beso a su hijo, le dijo que cuidara de sus hermanos y emprendió su breve y fatídica huida. Apenas unos días después, el 26 de julio de 1936, Juan Larreta fue fusilado tras ser 'paseado' por varias localidades donde era conocido.
Los maestros que no fueron fusilados como Larreta tras el 18 de julio sufrieron las llamadas depuraciones. Hasta 60.000 maestros fueron examinados ideológicamente durante la Guerra Civil y los primeros años de dictadura franquista. Otros tantos, como el propio Larreta sufrieron las dos suertes. Este maestro fue asesinado en 1936 y apartado de la profesión tras un expediente depurador en 1939.

“Mi abuelo no tuvo ni la oportunidad de despedirse de sus hijos pequeños. Decidió salir huyendo pero lo cogieron. Una vez asesinado le retiraron la licencia para ejercer el magisterio. A sus hijos los echaron de la casa familiar y los internaron en la beneficencia. En el documento de ingreso indica que ingresaban por “pobres” y no porque su padre había sido asesinado durante la guerra”, explica a Público Asun Larreta, nieta de Juan.
Juan Larrieta fue asesinado en 1936 y apartado de la profesión de maestro por el régimen en 1939 

Los maestros de escuela fueron uno de los cuerpos profesionales más perseguidos durante la represión franquista. Un decreto de 8 de noviembre de 1936, firmado por Franco, apunta que es “necesario” una “revisión total y profunda en el personal de Instrucción Pública (…) extirpando así de raíz esas falsas doctrinas que con sus apóstoles han sido los principales factores de la trágica situación a la que fue llevada nuestra patria”.
El profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Francisco Morente Valero y autor de la obra La Depuración del Magisterio Nacional explica a Público cómo se hizo esa “revisión total y profunda” de los profesores: “En primer lugar, matando a muchos de ellos. No hay datos exactos del número de maestros y profesores asesinados durante la guerra, pero fueron sin duda algunos centenares de maestros y varias docenas de profesores de enseñanza media y universidad”.
“Además, se organizó una depuración político-profesional de todos los cuerpos docentes. Todos los profesores y maestros fueron sometidos a un expediente de depuración como paso previo para confirmar o no sus derechos profesionales. Quienes no superaron el expediente con total limpieza fueron sancionados de formas diversas y en los casos más extremos fueron separados definitivamente de la enseñanza”, explica Morente Valero.

Este es el caso de Pilar Ponzán Vidal, maestra de una escuela de Jaca (Huesca) cuyo expediente de depuración sentenció la “separación definitiva e inhabilitación para cargos dirigentes y de confianza”. “Los expedientes estaban integrados por los cuestionarios rellenos por el alcalde de la localidad, el cura párroco, el jefe de puesto de la Guardia Civil y un ciudadano de 'entidad relevante'. Con todo este material, la Comisión emitía su dictamen”, explica a Público el historiador Herminio Lafoz. En el caso de Pilar fue separada definitivamente. No obstante, no fue lo más trágico. Pilar también fue sometida a un Consejo de guerra en el que se pidió la pena de muerte por “votar izquierdas”, “leer prensa de izquierdas” e ir “poco a la Iglesia”, entre otros cargos.
La maestra Pilar Ponzán fue sometida a un Consejo de guerra por "leer prensa de izquierdas", entre otros cargos
El motivo de esta persecución, explica Morente Valero era garantizar que en las escuelas de la nueva España no hubiera maestros que enseñasen nada contrario a los fundamentos del nuevo régimen. “Pero la depuración garantizaba además otras cosas: creó vacantes para poder colocar a personal adicto y tenía una función intimidatoria; incluso aquellos que habían pasado por la depuración sin problemas sabían a lo que se exponían si se alejaban de lo que el régimen esperaba de ellos”, analiza Morente.

Colocar a personal adicto al régimen

La colocación de personal en las escuelas, institutos y universidades se hizo de diversa manera. Mediante un decreto de 6 de julio de 1940 Franco nombró a cerca de 2.000 oficiales del ejército franquista, la mayoría alféreces provisionales, “maestros propietarios” de escuela. “El objetivo era doble: dar trabajo a gente que había que desmovilizar una vez acabada la guerra, y garantizar que esos maestros iban a ser franquistas de una pieza”, explica Morente.

El número de oficiales reciclados, sin embargo, no fue suficiente para llenar las vacantes de los profesores expulsados por lo que al año siguiente, en 1941, hubo una nueva convocatoria. A esta fórmula de 'conversión' hay que añadir otra: las llamadas “oposiciones patrióticas” a las que sólo podían presentarse excombatientes, excautivos, mutilados de guerra -y sus respectivos familiares-.
A las características personales de los nuevos se añade el curso obligatorio de “orientación y perfeccionamiento” para los maestros en ejercicio con la finalidad de inculcar los “nuevos valores” de la España franquista con lecciones como "Falsedad de los principios básicos de la "Nueva Educación"; "Cómo despertar el Catolicismo en la Escuela"; "Héroes y figuras de nuestra Cruzada", "Jesucristo, ejemplar perfecto del maestro cristiano".
El cambio del paradigma educativo con la llegada de la dictadura franquista fue radical. De las teorías de la Institución Libre de Enseñanza fundada por Francisco Giner de los Ríos, de las que había bebido la educación republicana, se pasó a la escuela nacional-católica caracterizada por el integrismo desde el punto de vista religioso, la autoridad, la jerarquía y el patriotismo.

"La Dolores"

Antonio Gil, miembro de la Memoria Histórica de San Fernando (Cádiz), recuerda para Público sus años de colegio en la educación franquista. “Todos los 'maestros' que padecí hasta el 68 o el 69 no lo eran. Eran falangistas o personal civil del antiguo cuerpo de “Maestranza” de la Armada nombrados a dedo por los señores de la guerra, por los alcaldes-militares o los mandos falangistas”, explica Gil, que asegura que recuerda, muy especialmente, a uno de ellos. A Don Carmelo Maura Gutiérrez. “El más vil, el más cobarde y el que más secuelas nos dejó”, apunta.
"Todos los 'maestros' que padecí hasta el 68 o el 69 no lo eran", recuerda Antonio Gil
Antonio acudió a la escuela fundada por Maura Gutiérrez en el mismo domicilio del profesor. Sus dos primeras horas de clase estaban basada en la lectura de “rosarios” y “catecismo”, tiempo en el que compartían aula con las chicas. A las 11 horas las niñas se iban a otra habitación donde recibían clase de la hija de Gutiérrez. 
El resto de la mañana, hasta las 14.00 h, los niños estudiaban 'Formación para el espíritu del Movimiento Nacional'. Había que esperar hasta la tarde para que recibieran alguna lección de aritmética y gramática que se intercalaba con “la lectura de los escritos de José María Peman” o “las hazañas del heroico caudillo o la vida de José Antonio”. “Las dos horas para ir a casa a comer, los castigados nos teníamos que quedar, de rodillas, esperar a que un hermano o tu madre te trajese la comida en una fiambrera y comer arrodillado con la comida apoyada en el asiento del pupitre”, relata Antonio, que señala que lo que más recuerda es “La Dolores”, una vara de acebuche de metro y medio de larga que Don Carmelo llevaba siempre entre las manos.
“Otra cualidad del 'maestrito' era su odio enconado hacia los que el llamaba 'los tullíos', niños que padecían algún tipo de deficiencia física, bizcos, cojos. Teníamos un compañero del que recuerdo su apellido, Carbonell, que tenía en una pierna las secuelas de la poliomielitis, andaba con muletas y le costaba media vida mantenerse de pie mientras se cantaba el Cara al sol. Un día, como castigo, lo colgó del perchero que había junto a la puerta y allí le mantuvo durante media hora. Este incidente corrió como la pólvora en los cuchicheos de la gente, pero nunca tuvo consecuencias ni hubo denuncia alguna contra el maestro”, concluye Antonio Gil.
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Recuerdo a los gallegos prisioneros en Mauthausen

La Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica inauguró el pasado jueves en Ribeira una exposición en la que se recuerda a los gallegos que estuvieron en el campo de concentración de Mauthausen.
 
Acto de homenaje a los gallegos prisioneros en Mauthausen



ribeira / la voz
27 de abril de 2013


 La muestra, integrada por cuarenta instantáneas, entre las que se recogen documentos y fotografías de los prisioneros, puede contemplarse en el auditorio de Ribeira. El presidente de la comisión, Xan Hermida, recordó que trece personas de la comarca, cuatro de Ribeira, siete de A Pobra y dos de Boiro, estuvieron encerradas en Mauthausen.
Al acto de apertura oficial de la colección acudió Enrique Barrera, que ha publicado un libro sobre quienes se vieron privados de su libertad en los campos de concentración durante la época nazi. Numerosas personas acudieron a la inauguración, durante la que también se mostraron imágenes de embarcaciones que sirvieron para huir de la represión en la zona.
Además, se proyectó un documental que sirvió para profundizar en aspectos relativos al sufrimiento de quienes fueron apresados
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En Argentina: Ponen una querella contra Martín Villa por los sucesos del 3 de marzo 1976

Se le piden responsabilidades por la muerte de cinco trabajadores en 1976 en una carga policial

 
Martin Villa y Fraga (Vitoria Marzo 1976)

Eitb, 25/04/2013 


La Justicia argentina sigue adelante con la causa abierta por los delitos cometidos por el Franquismo entre el 1936 y 1977. Ahora, la red ciudadana contra los crímenes del franquismo, Red Aqua, ha pedido la imputación de varios cargos públicos del franquismo. Así, han interpuesto una querella contra el exministro de Relaciones Sindicales, Rodolfo Martín Villa, al que se le piden responsabilidades por la muerte de cinco trabajadores el 3 de marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz en una carga policial.
Además, han solicitado la imputación del exministro José Utrera Molina por firmar la condena a muerte de Puig Antich y del exministro de Trabajo, Fernando Suárez, por sus responsabilidad en la ejecución de cinco personas en septiembre de 1975 (dos miembros de ETA y tres del FRAP).
La causa contra el franquismo en Argentina fue abierta el 14 de abril de 2010 en Buenos Aires tras la negativa de la Justicia española a investigar los crímenes de la dictadura española. Se investigan  los “delitos de genocidio y/o lesa humanidad” cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista y abarca el periodo entre julio de 1936, fecha del levantamiento militar, y el 15 de junio de 1977, fecha de las primeras elecciones democráticas celebradas en España tras la dictadura.
Represión policial (Vitoria Marzo 1976)

Argentina se acogió a la virtud del principio de justicia universal y muchas víctimas del franquismo se han unido a la querella argentina.
http://www.eitb.com/es/noticias/politica/detalle/1324138/juicio-al-franquismo–querella-martin-villa-3-marzo/
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La huida del Borbón


El hombre encargado de sacar a Alfonso XIII de España describió en apenas nueve folios las últimas horas del rey en suelo español. 'Público' reconstruye su viaje hacia el exilio.


Alfonso XIII en el interior del Arsenal de Cartagena en 1928

Alfonso XIII en el interior del Arsenal de Cartagena en 1928

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 14/04/2013 
 
14 de abril de 1931. Alrededor de las 16.30 horas. El todavía rey Alfonso XIII permanece en el Palacio Real de Madrid junto a los ministros del equipo de Gobierno del almirante Aznar. La decisión de abandonar el país ya está tomada. El rey, pensativo, se acercó a uno de los grandes ventanales de Palacio. “Esta es la que casa en la que nací y quizá no volveré a ver”, pronunció. No se equivocaba. Esa misma noche Alfonso XIII huyó de España. Primero se dirigió a Cartagena en su coche deportivo de lujo y allí embarcó en el buque 'príncipe Alfonso' con destino a Marsella. Nunca más volvería en vida. Sus restos fueron traslados a España en 1980 siendo recibidos por su único hijo vivo: Don Juan, el que nunca fue rey.




El  Rey Alfonso XIII sale huyendo en un deportivo desde Aranjuez


Los ministros del gobierno del almirante Aznar estaban reunidos en Palacio desde las 12 del mediodía. La decisión de “empaquetar” al rey hacia Marsella fue tomada el día antes, el lunes 13 de abril. El gobierno había explicado a Alfonso XIII que en caso de querer batallar con las armas el resultado de las elecciones municipales del 11 de abril no podrían contar con gran parte del Ejército y de la Guardia Civil. Solo el ministro de Fomento, Juan de la Cierva y Peñafiel, defendía que el monarca debía permanecer en España. El rey, aseguraba, no quería que se derramara sangre por él. Años más tarde, cuando la Guerra Civil y en una situación óptima para la victoria, Alfonso XIII olvidó el pacifismo, el amor a su pueblo y apoyó fervientemente al general Franco.
Estos son algunos detalles de los nueve folios que escribió el ministro de Marina José Rivera y Álvarez de Canedo, el hombre encargado de sacar al rey de España y trasladarlo sano y salvo a Marsella. El tono es aséptico, casi de nota de prensa. El relato, sin embargo, ofrece todo lujo de detalles de los últimos minutos del monarca en suelo español y de cómo ya en aguas francesas y tras recibir honores militares el rey Alfonso XIII rompió a llorar. “Dispense Don José, no lo he podido evitar”.
“Dispense Don José, no lo he podido evitar”, dijo Alfonso XIII tras romper a llorar “La salida del rey de Madrid fue un acto de cobardía. Se marchó dejando en Palacio a toda su familia. Dejó atrás a su mujer y a dos hijos enfermos, entre ellos, su primogénito, el príncipe de Asturias. De la misma manera, su negativa a luchar es una falacia. No luchó porque no le apoyaba nadie. Ni Sanjurjo se comprometió a sacar a sus hombres a la calle. Su personalidad verdadera la marca su amistad con Primo de Rivera y su adhesión a Franco”, explica a Público el catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Murcia Pedro María Egea.

"¿Quién me ha empaquetado a mi para Cartagena?"

Alrededor de las 21.00 horas de la noche del 14 de abril Alfonso XIII abandonó el Palacio Real por la puerta secreta que daba a los jardines del Campo del Moro. El rey marchó delante en su coche de alta gama, un Duesemberg convertible (imagen). Le acompañan, en el automóvil, el infante Alfonso de Orleans y su ayudante Moreu. El ministro José Rivera y el duque de Miranda irían detrás. Más tarde descubrirían que también les acompaña un coche patrulla de la Guardia Civil. En la calle, la República ya era festejada y la bandera roja presidía el edificio de Correos.



“La primera parada la hicimos en pleno campo y pasado Aranjuez. Bajamos todos y nos reunimos con el rey Miranda y yo, también el infante, que nunca se separaba de él. El rey me dijo: '¿Quién me ha empaquetado a mi para Cartagena? ¿Tú?' y le contesté que sí, que el Gobierno. ¿A dónde vamos después? Ya se lo diré a S.M. Y al oído: a Marsella (sic)”, escribe José Rivera.
Tras esta primera parada, el viaje continuó “a gran velocidad”. Tres veces más detendrían su camino hasta llegar al primero de los destinos: el Arsenal de Cartagena. Allí, describe, Rivera, se agolpaban miles de personas que celebraban el advenimiento de la República y que era contenida por la guardia pública. Tan pronto como estuvo todo preparado, el ya exmonarca de España embarcó en un bote que debía llevarlo a bordo del buque 'príncipe Alfonso'. Antes, el almirante Cervera, jefe del buque, dio “siete vivas al rey”. “Éste contestó con un 'Viva España'”, escribe Rivera. Desde el puente del buque, su punto más alto, Alfonso XIII vislumbró por última vez la tierra de la que había sido rey y que ese mismo día había amanecido republicana.

Un rey depuesto

El 26 de noviembre de 1931 fue acusado de alta traición por las Cortes republicanasLa mañana siguiente, la del 15 de abril, las noticias fueron llegando al buque donde se alojaba el monarca, para su disgusto. Ya era oficial. La República había sido proclamada y el buque donde él partía hacia el exilio debía izar la bandera republicana. “¿Cuándo?”, preguntó el monarca. “Cuando usted esté en tierras francesas y nosotros no estemos en sus aguas”, respondió Rivera. Horas después llegó la notificación de que el infante Juan ya estaba en Gibraltar. El rey quiso contestar pero la misión era secreta y nadie podía comunicarse con el exterior. Ni siquiera un rey depuesto.



Ayuntamiento de Cartagena


“¿Cómo se me despedirá?”, preguntaba el monarca a Rivero, inquieto en su nueva condición de rey exiliado. “Interiormente, con todos los honores”, respondió el ministro para tranquilidad real. De esta manera, el buque llegó a la costa marsellesa a las 5.30 horas de la mañana. “Momentos antes de desembarcar hablé con el rey, que dudaba en la forma de despedirse, pues me preguntó si debía hablar o no. Yo le aconsejé que no hablase y se despidiese uno a uno de los oficiales y jefes. Así lo hizo dándoles la mano y sin pronunciar palabra”, escribe Rivera.

A las 5.55 horas de la mañana el monarca puso pie en suelo francés. Antes, había roto a llorar al ver a los oficiales formar para su despedida. Allí, una comitiva de cuatro o cinco personas esperaba a Alfonso XIII, silbaron y aparecieron unos coches. Era la hora de la despedida. “El rey me abrazó y dijo que me marchase dándome las gracias por todo, le dije que esperaría a que desembarcasen los maletines que venían en otro bote y cuando aquellos estuvieron sobre el muelle y la gente reembarcada me despedí volviendo a abrazarnos al ayudante y a mi”, escribe.
Cuando Alfonso XIII abandonó España poseía más de 140 millones de euros El camino de vuelta estuvo presidido por la bandera tricolor de la República. Se retiraron todos los retratos de la familia real y símbolos de la monarquía. El buque que había zarpado hacia Francia llamándose 'príncipe Alfonso' retornó con el de 'Libertad'. La estocada definitiva a Alfonso XIII fue dada el 26 de noviembre de 1931 cuando las Cortes le acusaron de alta traición y decretaron que cualquier ciudadano español “podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional” (ver documento adjunto).

Arsemal de Cartagena

La reina Victoria Eugenia y sus hijos salieron de España, el día 15 de abril, en el tren de Hendaya rumbo a Francia con la escolta del director de la Guardia Civil, el general José Sanjurjo. “La familia se reuniría poco después en París aunque no hay que olvidar que la reina abandonó a Alfonso XIII y se marchó a vivir a Londres y que este continuaría fuera de España con sus líos de faldas. Su vida se desarrolló a caballo entre Suiza y la Italia de Mussolini”, explica el catedrático Pedro María Egea.

Un millón para Franco

En esta nueva etapa de su vida, no se puede decir que le faltara dinero al depuesto monarca. En el momento de huir su fortuna superaba los 140 millones de euros, de los que un tercio se encontraba fuera del país, tal como ha documentado el escritor José María Zavala en su libro El patrimonio de los Borbones. Con el golpe de Estado de 1936 el espíritu pacifista de Alfonso XIII ya había desaparecido y no le importaba el derramamiento de sangre.
Se trataba de recuperar su corona y para ello dispuso un millón de pesetas y medió para Franco e intercedió con Mussolini para que facilitara armamento militar y enviara a España, con la mayor rapidez posible, la aviación militar fascista También su hijo Juan, padre de Juan Carlos I, mostró su apoyo a Franco en varios ocasiones e incluso le pidió venir a España para luchar en la Guerra Civil. Posiblemente el exrey y su hijo pensaron que Franco restauraría la monarquía borbónica en España. Y así lo hizo. Pero en 1969 y en la figura de su nieto, Juan Carlos I.
Finalmente, el 15 de enero de 1941, muy enfermo, Alfonso de Borbón abdicó sus derechos reales en su hijo Juan, y seis semanas después, el 28 de febrero, murió. Fue enterrado en Roma. La dictadura decretó tres días de luto, y Franco envió una corona al funeral con el mensaje:
A S. M. el Rey Don Alfonso XIII, Francisco Franco.
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